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miércoles, 21 de octubre de 2009

Juan Amos Comenio

Juan Amos Comenio al revisar las contribuciones de sus ideas como una práctica educativa, se considera como el precursor de la didáctica o el padre de la didáctica.(Checoslovaquia, 1592-1670). Formando parte del movimiento de los Hermanos Moravos, conformó un perfil de educador fundamentalmente revolucionario, en el que la educación es una actividad basada en el principio didáctico de conformidad con la naturaleza. En Comenio, se encuentra un sin fin de escritos relacionados con este principio, que cimentado en el aprendizaje a través del método natural, determinó que las edades poseen una periodización a la que el docente debe respetar y conseguir su manifestación perfecta. El principio de conformidad con la naturaleza fue determinante en la organización de las escuelas, incluyendo una reforma de la escolástica, definida a partir de los movimientos heréticos. Y es que estos movimientos (a los que pertenecían los Hermanos Moravos) eran grupos de personas que pretendían que la escuela debía reformarse, asumiendo los planteamientos democráticos de la época. “Pero, ¿Por qué una reforma profunda de todas las cosas se debe empezar con una reforma de las escuelas?”.Comenio en realidad encontró la manera en realizar dichos cambios, pues el principio didáctico descubierto por él mismo, ubicó a este pedagogo en el camino de estructura de la enseñanza y del primer intento de modificación del curriculum, a partir de la edición de su obra la Gran Didáctica (1632). Con la creación de esta obra, descubrió un segundo principio didáctico el cual fue denominado como el principio del orden y sucesión. Se trataba pues, de aquella acción que obliga a los maestros y maestras a la planificación de la asignatura, ubicando el método natural para su desarrollo. Descubiertos estos dos principios, se dio a la tarea de trazar el primer plan de estudios con los que se inaugura una verdadera educación formal: La escuela materna (de cero a seis años): en este grado, se incluye la participación de los padres y madres de familia, donde ésta última será la institutriz y corresponde a ella, por su lenguaje y por el empleo que sabrá dar a los objetos familiares, dar a su hijo los primeros conocimientos.El segundo grado es el de la escuela popular, pública, nacional, escuela para niños de seis a doce años, abierta a todos, agenciada de tal manera que pueda constituir un fin en sí para quienes no deseen proseguir sus estudios y una plataforma de conocimientos para que profundicen los demás. La enseñanza será dada allí en lengua materna, vernácula según un programa que comprende el estudio de la Biblia y el catecismo y de cosmografía, la escritura, el cálculo usual, la historia, entre otros.El tercer grado corresponde a la enseñanza secundaria; es el gimnasio o escuela latina. Va de los doce años a los diez y ocho años. El cuarto grado es la Academia o la Universidad; lugar en que se imparte la universalidad de los conocimientos humanos.En su obra la Gran Didáctica, Comenio lleva a sostener que los conocimientos asimilados, completamente conscientes, se adquieren a una edad determinada (principio de conformidad con la naturaleza)… en cada fase del crecimiento varía el grado de comprensión. Desde este ángulo, es inútil una enseñanza prematura, ésta no debe forzarse, pues las raíces de la comprensión yacen todavía en las profundidades. A partir de ello, se planteó la regla de oro de la enseñanza:“Todo lo que puede ser percibido directamente por los sentidos, que así sea; lo que se ve, que sea percibido mediante la vista; lo que se oye, mediante el oído; lo que tenga olor, mediante el olfato; lo que tenga sabor, mediante el sentido del gusto; lo que pueda tocarse, mediante el sentido del tacto. Si algunos objetos pueden percibirse instantáneamente mediante algunas sensaciones, pues que se perciban instantáneamente por esas sensaciones”.Como tercer principio didáctico Comenio plantea: la visualización en la enseñanza. Este principio, realmente novedoso para esta época, es una aproximación a la realidad a través de las imágenes y consiste en que los estudiantes, cuando asimilan conocimientos, vayan de la percepción viva de los objetos y fenómenos estudiados o de sus representaciones, a la generalización o conclusión y así mismo, de lo general a lo particular, hacia lo concreto. Es una manera de dinamizar la clase, en la que los alumnos y alumnas adquirirán las bases teóricas de una ciencia y ampliarán su conocimiento práctico a fin de dominar el mundo.